El Perfume de los Recuerdos

El Perfume de los Recuerdos

Siempre me gustó pensar que la Navidad tiene su propio perfume, uno que no viene en frascos, pero que todos podemos reconocer. Es un aroma que no depende de modas ni de tendencias, sino de momentos.

Siempre me gustó pensar que la Navidad tiene su propio perfume, uno que no viene en frascos, pero que todos podemos reconocer. Es un aroma que no depende de modas ni de tendencias, sino de momentos. ¿Lo sentís? Es la combinación de mandarinas frescas que alguien pela cerca tuyo, el toque cálido de la canela en una infusión que reconforta, el perfume dulzón de una y una torta con miel y jengibre, el aroma al pan dulce. 

Hace un tiempo, mientras trabajaba en mi laboratorio, me detuve a oler una mezcla que estaba creando: vainilla, especias y un fondo levemente amaderado. Sin querer, ese acorde me llevó directamente a mi infancia. Pude ver la mesa de Navidad, a mi abuela sirviendo su clásico postre de nochebuena, las luces titilando en el arbolito y ese silencio tan especial que se siente justo antes de que alguien se anime a abrir el primer regalo.

Los aromas tienen esa cualidad mágica: no piden permiso, no anuncian su llegada, simplemente te transportan. Son como pequeñas puertas secretas a recuerdos que creías olvidados. Y en Navidad, esas puertas parecen abrirse más fácil.

Crear fragancias, para mí, no es solo mezclar ingredientes en un frasco; es construir esos portales. Es saber que alguien, en algún rincón del mundo, va a encender una vela que diseñé o ponerse un perfume que imaginé, y en ese instante va a viajar en el tiempo. Va a emocionarse, va a sonreír o quizás, simplemente, va a cerrar los ojos y quedarse ahí, suspendido en un momento que huele a hogar.

Y mientras me preparo para esta Navidad, me gusta pensar en vos, en cómo te gustaría que huela esta época del año. Tal vez a reencuentros, a familia, a nuevas tradiciones o simplemente a paz.

Sea cual sea tu aroma elegido, que esta Navidad te encuentre presente, con el corazón abierto y el olfato atento.

Porque los mejores recuerdos siempre tienen un aroma que los acompaña.

Nos encontramos en la próxima entrega de Bitácora de un Aroma.

Con amor y aroma a encuentros felices,
Caro.

Siempre me gustó pensar que la Navidad tiene su propio perfume, uno que no viene en frascos, pero que todos podemos reconocer. Es un aroma que no depende de modas ni de tendencias, sino de momentos.

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